lunes, 28 de marzo de 2011
La Torre Oscura II: La llegada de los tres (1987)
Segunda parte de la saga La Torre Oscura, y muchísimo mejor que la primera novela.
Aunque a veces se haga demasiado lento, este libro sabe sacar el máximo jugo tanto a Roland como a Eddie, sus dos protagonistas principales.
Tiene varios puntos a favor, como son la inteligencia de los diálogos, la narración al más puro estilo Stephen King, las escenas de acción... aunque realmente no llega a ser majestuoso en ninguno, si que es cierto que se me ha pasado el mono del más puro Pendergast.
"-A veces realmente no me comprendes, ¿verdad?
-No -susurra el pistolero-. A veces no te comprendo.
-Entonces voy a explicártelo. Hay personas que necesitan personas que las necesiten. La razón por la que no me comprendes es que tú no eres de esos. Tú me usarías y luego me tirarías a la basura como una bolsa de papel si fuera necesario. Dios se ha cagado en tu alma, amigo mío. Solo que tú eres suficientemente inteligente como para que eso te duela y suficientemente duro para seguir adelante y hacerlo de todas maneras. No serías capaz de evitarlo. Si yo estuviera tendido en la playa y pidiera ayuda a gritos, tú me pasarías por encima si yo estuviera entre tú y tu condenada Torre. ¿No estoy bastante cerca de la verdad?
Roland no dice nada, solo observa a Eddie.
-Pero no todo el mundo es así. Hay personas que necesitan personas que las necesiten. Como la canción de Barbra Streisand. Trillado, pero cierto. No es más que otra forma de estar enganchado a algo.
Eddie lo mira fijamente.
-Pero cuando se trata de eso, tú estás limpio, ¿no es cierto?
Roland lo observa.
-Salvo por tu Torre. -Eddie lanza una risita corta-. Eres un yonqui, Roland. Un drogadicto de la Torre.
-¿En qué guerra fue? -susurra Roland.
-¿Qué cosa?
-La guerra en la que te volaron de un tiro el sentido de la nobleza y los propósitos."
7'5
domingo, 27 de marzo de 2011
Seda (1996)
Más que una novela es casi un relato corto extenso. Son 125 páginas en la editorial de Anagrama a letra tamaño primaria y con capítulos que no llegan a las 5 líneas.
Además, su lectura es muy ágil, ya que es muy directo y esquemático.
Quizá, la mejor opción es hacer de Seda una novela así de corta, ya que no tiene argumento para más... cualquier otro escritor se habría enrollado intentando sacarle algo de jugo a algo que no lo tiene...
Pese a todo, no ha estado nada mal... se lee en unas horas y está agradablemente escrito, con algunos detalles históricos y personales bastante curiosos.
"Baldabiou era el hombre que veinte años atrás había llegado al pueblo, se había encaminado directamente al despacho del alcalde, había entrado allí sin hacerse anunciar, había depositado sobre su mesa una bufanda de seda de color dorado y le había preguntado
-¿Sabéis qué es esto?
-Cosas de mujeres.
-Error. Cosa de hombres: dinero.
El alcalde hizo que lo echaran a la calle. Él construyó una hilandería junto al río, una cabaña para la cría de gusanos de sea al abrigo del bosque y una pequeña iglesia consagrada a Santa Inés en el cruce con la carretera de Vivier. Contrató a una treintena de trabajadores, hizo llegar desde Italia una misteriosa máquina de madera, llena de ruedas y engranajes, y no dijo nada más durante siete meses. Después volvió a ver al alcalde, depositando sobre su mesa, bien ordenados, treinta mil francos en billetes grandes.
-¿Sabéis qué es esto?
-Dinero.
-Error. Es la prueba de que sois un idiota".
6
jueves, 3 de marzo de 2011
El valle de los avasallados (1967)
Llevaba ya mucho tiempo buscando este libro de Réjean Ducharme y por fin lo encontré
El valle de los avasallados aparece en la película Léolo de Lauzon, película que me encantó, y las pocas referencias que se hacían a este libro, prometía muy buena literatura.
Ha resultado ser un poco lo que esperaba, es decir, un libro donde es inútil apuntar grandes frases memorables, porque prácticamente todo el libro está diseñado como una gran parrafada preciosa y espléndidamente diseñada capaz de conmovernos... aunque el intento de aderezar esta bellísima narrativa con una historia que dice más bien poco y que va perdiendo empuje a medida que avanza, para quedarse en un final que desentona completamente con la línea del libro. Y desentona para mal.
De todas formas, El valle de los avasallados bien podría no tener ese formato de novela. No lo necesita. Se mantiene por si solo por sus innumerables reflexiones y su hermosa escritura.
"-¿Y la muerte?-pronuncia Constance Chlore con voz sumisa. ¿En qué consiste?
-En términos generales, una derrota. En términos delirantes, lleva el nombre de triunfo. Me dirás, pero hay que demostrar que la muerte es un triunfo. Es bien sabido que las pruebas sirven para establecer verdades. ¿Pero para qué sirven las pruebas cuando se tienen las verdades? Tengo la certeza de que la muerte es un triunfo. ¿Las pruebas? Están ahí, esperando a que yo muera para darme la razón. Con todas tus fuerzas da a la muerte el nombre de triunfo. Eso es todo. Con toda tu fe llama a la muerte triunfo. ¿Porqué llamarla derrota?
-¡Triunfo!-pronuncia Constance Chlore con voz triunfal. ¡Bonito nombre! He tenido un sueño: De pie sobre sus patas traseras, una rana tan grande como yo me abrazaba. Y la piel, de un verde muy pálido, de esta rana estaba tatuada con enormes rosas rojas. Se podría decir que, al igual que una silla vieja, la rana estaba vestida de tapicería.
-Eso no era un sueño. Te sucedió tal cual. Te encontró una rana, se puso de pie sobre sus patas traseras y te abrazó. ¿Por qué solamente quieres que te sucedan cosas triviales?
-¿Entonces era una rana de verdad?-pronuncia Constance Chlore con voz soñadora.
-El cielo está lleno de tenedores y cucharas volantes. Hay que tener los ojos taponados con corcho para no haberlos visto."
8'5
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