jueves, 19 de abril de 2012
Los tres impostores (1895)
Un aburrimiento bastante estúpido.
La historia se cae por miles de sitios. Las motivaciones de los personajes son absurdas, y los desencadenantes de las situaciones son, cuanto menos, rebuscadas (por no decir prácticamente imposibles).
Estilo típico de la época y nada especialmente reseñable.
Pérdida de tiempo.
"Usted sabe, Phillips -dijo por fin-, que siempre he defendido lo maravilloso. Recuerdo haberle oído decir, sentado en esa misma silla, que en literatura nadie debe utilizar lo increíble, lo improbable, la coincidencia extraordinaria, puesto que lo increíble y lo improbable no suceden en la realidad y las vidas de los hombres no están, en la práctica, conformadas por extrañas coincidencias. Observe usted que, aunque así fuera, no aceptaría yo su conclusión, puesto que para mí toda la teoría de la literatura como "crítica de la vida" no pasa de ser una sandez. Pero niego su premisa. Esta noche me ha ocurrido algo curiosísimo.
-Créame usted, Dyson, que me alegro de oírselo decir. No estaré, naturalmente, de acuerdo con sus razones, sean las que sean, pero si tiene usted la bondad de contarme su aventura, lo escucharé con mucho gusto."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario