miércoles, 19 de octubre de 2011
Tommyknockers (1987)
Otro de esos libros gordísimos de Stephen King.
La verdad es que no he tenido buenas experiencias con esta clase de libros de este escritor. Tommyknockers es un libro con un planteamiento curioso, un inicio que engancha y que va perdiendo intensidad poco a poco para perderla definitivamente al inicio de la segunda parte cuando se pone a contarte la historia de la formación del pueblo.
Desde ahí, el libro se torna casi insufrible menos algún que otro capítulo que desentonan por lo buenos que son.
Para mí al menos, Tommyknockers es una pérdida de tiempo que no muestra quién es realmente este genio de la novela.
"También le habían dicho que tendría que vigilar a Jim Gardener con mucha, muchísima atención. No durante demasiado tiempo, por supuesto. Pronto Gard sería
(parte de nosotros)
parte del equipo. Sí. Y sería magnífico tenerle en él, porque si Anderson amaba a alguien en el mundo, ese alguien era Jim Gardener.
¿Quiénes son "ellos", Bobbi?
Los Tommyknockers. Esa palabra, que había surgido de la extraña opacidad de la mente de Gard, como una brújula plateada, era un nombre tan bueno como cualquier otro, ¿verdad? Seguro. Mejor que muchos."
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domingo, 9 de octubre de 2011
El señor de las moscas (1972)
Uno de los clásicos de la literatura del que todo el mundo habla maravillas.
Como libro, es bueno. Sencillito, corto, fácil de leer y con una historia de lo más atractiva, así como todo el significado que tiene en su trasfondo.
Lo único que no me ha terminado de hacer gracia son los toquecitos explicativos de la metáfora que envuelve a la historia, tales como: "Sin saberlo, estaban haciendo de él su propia teología" y cositas así que son obvias en su significado y me resultan un poco pedantes.
En definitiva, recomendable, aunque demasiado ligerito para mi gusto a nivel narrativo.
"Simon asomó lentamente la cabeza.
-Tú eres el jefe. Regáñales.
Ralph se tendió del todo en el suelo y alzó la mirada hacia las palmeras y el cielo.
-Reuniones. Nos encantan las reuniones, ¿verdad? Todos los días. Y hasta dos veces al día para hablar -se apoyó en un codo-. Te apuesto que si soplo la caracola ahora mismo, vienen corriendo. Y entonces... ya sabes, nos pondríamos muy serios y alguno diría que tenemos que construir un reactor o un submarino o un televisor. Al terminar la reunión se pondrían a trabajar durante cinco minutos y luego se irían a pasaear por ahí o a cazar.
A Jack se le encendió la cara.
-Todos queremos carne.
-Pues hasta ahora no la hemos tenido. Y también queremos refugios. Además, el resto de tus cazadores volvieron hace horas. Se han estado bañando.
-Yo seguí -dijo Jack-. Dejé que se marcharan. Tenía que seguir. Yo...
Trató de comunicarle la obsesión, que le consumía, de rastrear una presa y matarla.
-Yo seguí. Pensé, si voy yo solo...
Aquella locura le volvió a los ojos.
-Pensé que podría matar.
-Pero no lo hiciste.
-Pensé que podría.
Una cólera escondida vibró en la voz de Ralph.
-Pero todavía no lo has hecho."
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