miércoles, 6 de julio de 2011
El Palacio de la Luna (1989)
Hasta ahora es lo mejor que he leído de Paul Auster, aunque también es lo más pesado con lo que me he encontrado.
El palacio de la Luna no deja de ser una novelilla sobre las coincidencias con ciertos toques a lo Lazarillo de Tormes, pero mucho más tedioso de lo que pensaba.
Eso sí, se nota que Auster no es un escritor cualquiera y, aunque el libro se hace pesadísimo, quieres seguir leyendo, ya que hay momentos que son realmente espléndidos que sería un error apartar a un lado.
Vaya, se lo recomiendo a quien tenga paciencia. Si no la tienes, el tedio puede no hacer justicia a la calidad del libro.
"(...)
Yo era un monje que buscaba iluminación y Effing era mi cilicio, el látigo con el que me flagelaba. Creo que no hay la menor duda de que mejoré, pero eso no quiere decir que estuviera totalmente satisfecho de mis esfuerzos. Las exigencias de las palabras son demasiado grandes; uno conoce el fracaso con excesiva frecuencia para poder enorgullecerse del éxito ocasional. A medida que transcurría el tiempo, Effing se hizo más tolerante con mis descripciones, pero no estoy seguro de que eso significara que se acercaban más a lo que él deseaba. Tal vez había renunciado a la esperanza o tal vez había perdido el interés. Me era difícil saberlo. También puede ser que se estuviera acostumbrando a mi, simplemente."
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